Rondaba el reloj las ocho de la tarde, cuando desde el Altar Mayor de la Prioral de San Sebastián, María Stma. de los Dolores, iluminada tan solo por la tenue luz de la candelería que la acompañaba y magistralmente vestida para la ocasión con la saya, con la que realizara su primera Salida Procesional, esperaba el desarrollo de su XXIV Pregón.
Un Pregón, el de D. Francisco Espinosa de los Monteros, que como todos esperábamos, no dejó indiferente a nadie.
Supo trenzar, prosa, catequesis e historia, sazonando con algunas dosis de crítica, entre otros, a quien no hemos sido capaces de valorar lo que tenemos. La soberbia historia que acapara nuestra Hermandad, más allá de la maldita Guerra Civil que acabó con la más grande Hermandad con que contaba nuestro pueblo, debe servir de acicate para luchar por recuperar, todo el esplendor de aquellos años que quedaron en el olvido.
Desde su convicción de pregonar lo que verdaderamente siente, nuestro hermano hizo de su facilidad por escribir, por esa gracia divina que Dios le ha dado, la mejor de sus virtudes. Desgranando el pasado, desde la fundación de los Siervos de María, pasando por la reorganización o la primera Salida Procesional entre otras, nos fue llevando hasta la actualidad más reciente, refrendada y alimentada por la sapiencia de quien ha hecho, de su pasión por la Historia, su forma de vida.
Gracias Paco por tu soberbio Pregón, por tu clase magistral y por ser fiel a tus valores. Vaya desde estas líneas nuestro respeto, cariño y admiración y el firme compromiso de que trabajaremos por devolver a esta, tu Hermandad, al sitio de donde nunca debió salir, al corazón de todo el pueblo de Puerto Real.