Puntualmente se abrían las puertas del atrio de
De costero a costero hacia la calle Sagasta, que mis monjas nos esperan con el corazón encogió. Los niños de las Felipensas ven a su Madre volver por la calle Sagasta y pétalos rojos llueven al llegar a la que fuera su casa. Emotivo encuentro.
El Stmo. Cristo de
A música celestial sonaban los acordes la banda de música de Montellano, debutantes en esta Real Villa, ya bendecidos por la protección de nuestra Madre Bendita. Saber estar de los hermanos de fila, elegancia y estilo puertorrealeño en el andar de nuestra cuadrilla y una Carrera Oficial con sabor añejo y luto riguroso, en la que los siete minutos y medio de la marcha de D. Abel Moreno ¨la madrugá¨, se quedaron cortos, y podían haber durado toda la vida, que no nos abríamos cansado de oírla.
Maria Magdalena guardaba en su Cáliz, no solo
Ya queda menos, Virgen Santa de los Dolores, para que el año que viene, la luz de tus ojos, iluminen nuevamente, el Lunes Santo de mi pueblo.